La misma pastilla ronda los 880 euros en Estados Unidos, los 280 si quien lo compra es el Gobierno de España y los 490 para el francés. Las diferencias de precio son mucho más llamativas entre medicamentos patentados como el famoso Sovaldi, el nuevo tratamiento contra la Hepatitis C. Pero incluso en los medicamentos genéricos, cuyas patentes caducaron hace años, la disparidad de costes por países son más que notables. Y conocer esas diferencias es imprescindible para desarrollar políticas basadas en la evidencia (Indonesia, Líbano, Nigeria y Tayikistán ya lo han hecho) y ofrecer datos y argumentos a gobiernos y organizaciones en sus negociaciones con las farmacéuticas. Por esa razón, la organización Health Action International (HAI) y la OMS trabajan desde 2003 en una metodología común que permite recopilar y comparar precios, accesibilidad y estructura de costes de 14 medicamentos esenciales. Ninguno de ellos está registrado bajo patente, pero eso no impide que la diferencia entre lo que cuesta adquirirlos en unos países y otros (sobre todo si tenemos en cuenta la relación del precio con los ingresos de los ciudadanos de cada país) sea espectacular.
Los informes realizados siguiendo la metodología HAI, fruto cada uno de ellos de meses de riguroso trabajo, incluyen el desglose del coste total (qué parte es para el fabricante, para pagar impuestos o tasas, para costear el transporte y la distribución…), su disponibilidad en las farmacias (porque a veces el problema de acceso no es solo el precio) y el precio de medicamentos de marca y genéricos. De esta valiosa información hemos extraído datos de 56 países que nos permiten realizar comparaciones entre diferentes estudios, aún habiendo sido realizados en distintos años. Hemos tenido en cuenta dos valores relativos: la relación del coste con un precio de referencia internacional y, aún más importante, las horas de trabajo necesarias por los ciudadanos de cada país para comprar el tratamiento completo. Todos los cálculos están basados en el genérico más barato.
Un ciudadano de un país en desarrollo tiene que trabajar mucho más para poder costearse el mismo tratamiento
A esos 56 países en desarrollo que analiza HAI hemos añadido la información de Argentina, Italia, España y Alemania, lo que nos ha permitido dar un paso más y comparar con perfiles muy distintos. Y la primera conclusión es clara: un ciudadano de un país en desarrollo tiene que trabajar mucho más para poder costearse el tratamiento. Un ejemplo: en Nigeria o Congo, un tratamiento con omeprazol (30 pastillas) puede costar casi 13 días de trabajo. En España, Italia y Alemania, el mismo tratamiento se costea con entre una y dos horas de salario.
En este caso, más que nunca, la información es poder. Por eso, diversas organizaciones regionales, como Unasur, trabajan ya en la creación de bancos de datos comunes y compras conjuntas. También lo hace la Unión Europea, que ha aprobado un mecanismo de acuerdos marco, firmado por 21 de sus estados miembros, para adquirir en bloque medicamentos o material médico contra amenazas transfronterizas graves para la salud pero que, por el momento, no se ha puesto en marcha, por ejemplo, para hacerse con los nuevos fármacos para la Hepatitis C.
Y es que el precio es una de las principales barreras de acceso a los medicamentos –aunque no la única–, porque exprime presupuestos públicos o veta el tratamiento a los más pobres. Según la OMS, un tercio de la población del planeta tiene problemas para acceder a las medicinas necesarias y, al mismo tiempo, el 15% de la población consume el 90% del gasto mundial en productos farmacéuticos.
Antidepresivo empleado para la ansiedad, útil también contra migrañas y cefaleas.
Antibiótico similar a la penicilina, muy usado contra infecciones bacterianas.
Se usa para controlar la hipertensión arterial o enfermedades cardiacas como la angina de pecho.
Se usa para tratar la hipertensión y proteger el corazón tras un infarto.
Antibiótico de uso común para combatir la meningitis, la neumonía o la gonorrea.
Antibiótico que se usa para la neumonía, infecciones urinarias o de transmisión sexual.
Antibiótico utilizado contra ciertas infecciones bacterianas, como neumonía o bronquitis.
Ansiolítico utilizado para aliviar la ansiedad, los espasmos musculares y las crisis convulsivas.
Antiinflamatorio y analgésico, se usa contra dolores menores o crónicos, como el de la artritis.
Este hipoglucemiante es uno de los medicamentos más usados contra la diabetes tipo 2.
Protector gástrico, se usa para evitar lesiones en el sistema digestivo por el reflujo gastroesofágico.
Uno de los analgésicos más comunes, frecuente contra el resfriado o síntomas gripales.
Inhalador, se usa para el asma o enfermedades respiratorias obstructivas como la EPOC.
Se usa para reducir los niveles de colesterol en sangre.
veces el precio de referenciadías de trabajo
En esta infografía se muestran los datos que hemos recopilado y tratado de HAI y de las distintas fuentes oficiales de Argentina, Italia, España y Alemania. Los puedes descargar aquí. Si quieres aportar información de tu país al proyecto, saber más sobre nuestra metodología y por qué hemos utilizado estos datos y no otros, puedes pasarte por aquí.
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